El Carnaval llegó a Villanueva de la Torre cargado de alegría, color y originalidad
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Como es tradición, la charanga amenizó la marcha por las calles del municipio en una alegre caminata desde la Zona Joven al Polideportivo, pasando por el Centro Social. En esta ocasión, los concursos de disfraces infantiles para niños y adultos se celebraron juntos, en el pabellón municipal. Al son de la música, se congregaron en el edificio municipal personajes de lo más variopinto: emoticonos del Whatsapp, piratas, frutas, tortugas ninja, bebés, minions, gallinas, Bartolos, damas medievales...
Por orden, el primero en recibir su premio fue un pequeñajo disfrazado de linda bebita, ganador de la categoría para menores de cuatro añitos; acto seguido, la premiada en menores de cuatro a siete fue una niña con uno de los disfraces más originales una ducha muy completa, ¡con espuma y chorro de agua!; la tercera premiada, de nueve a doce años, fue Darth Vader, una niña con mucho poder en la Galaxia; el cuarto premio de la noche recayó en una ficha de dominó muy elegante. Ya en la categoría de adultos, el premio al mejor disfraz individual fue a parar a un bebé muy crecidito, con un pelucón digno de Marcelo, jugador del Real Madrid.
En cuanto a los disfraces por grupos, los premiados fueron una madre algo maruja con sus tres hijos, en categoría infantil; unos divertidísimos minions en categoría juvenil y los numerosos e impagables símbolos del Whatsapp en categoría adultos.
"Un año más, los vecinos han venido a pasárselo bien a pesar del frío y eso es lo más importante del Carnaval", explicó la alcaldesa, Marta Valdenebro, que, junto a los concejales Luisa Requena, Eugenia Campos y Pablo Sebastián, fue la encargada de entregar los premios. Valdenebro explicó los motivos para celebrarlo una semana después, aclarando que lo han hecho para no coincidir con un puente, la conocida como Semana Blanca, en el que muchos vecinos aprovechan para salir del municipio.
Ya el domingo, con gran pena y mucho boato, se procedió al triste y dramático entierro de nuestra querida sardina; que fue acompañada en su último viaje por las calles de Villanueva desde el Centro Social hasta el Ayuntamiento, donde plañideras y amigos la despidieron entre llamas poco antes de consolarse zampándose a unas parientes suyas, regadas con sangría. Y es que las penas, con pan y sardinas, son menos penas.